domingo, 10 de julio de 2011

Matthew

Matthew se despertó tirado en el frio suelo lleno de vacias botellas de alcohol,se rascó los parpados suavemente y se incorporó.

-Mi cabeza-Susurró mientras buscaba el teléfono movil palpando cada rincón de la habitación.

-¿Qué coño haces?-Se escuchó de fondo.

Matt se giró para ver quién era el que le hablaba pero aún viendo su cara,no tenía ni la menor idea.

-¿Quién putas eres?

-Tio,nos invitaste a meternos algo de heroina,llebamos aquí cuatro dias,colega-Rió aquel extraño,acto seguido se bebió el vozka que quedaba en el culo de una botella y comenzó a besar a la chica que se hayaba a su lado.

Matthew se peinó el pelo con las yemas de los dedos y se subió los pantalones,seguidamente salió de aquella habitación cegado por el brillante sol que tenía hoy la ciudad.

-Perdone.¿Hola?.¡Perdone!

-Colega ves de tranquis,¿Que quieres?-Sonrió con una desperfecta dentadura aquel drogado tipo.

-¿Donde estamos?

-Estas en Park Street.

-Mhm Gracias,tio-Dijo pensando mientras se dirigía a la estación,bajando las sucias escaleras.

-Dios te bendiga chico,Dios te bendiga-Contestó de fondo aquel pobre hombre.

Matt llegó a la parada de enfrente de casa de Lisbeth,salió de la estación llegando así a la casa de esta y tocó a su puerta.

-¿Quién eres?-Abrió el padre de Lisbeth.

-Soy...soy Matthew el novio de su hija y me gustaría verla si es pos...

El padre de esta cerró sin más,entrecortandole.

-Lisbeth esta aquí tu novio yonki-Se escuchó de fondo.

Ella abrió denuevo la puerta.

-¿Que quieres Matt?-Preguntó ella sin mirarle.

-¿Que te pasa?

-Nada Matt,¿Que quieres?

-Se que he estado desaparecido pero no me he levantado hasta hoy de toda la mierda que me he estado metiendo,perdona-Explicó,acto seguido le acarició el rostro.

-Basta Matthew,yo no puedo seguir asi esto...esto es...es imposible de llebar.Traficas,te metes tu propia mercancía y nisiquiera te dignas a llamar...das...

-¿Que mierda tienes en la cara,Lisbeth?-Preguntó Matt.

-Nada-Contestó nerviosa mientras giraba la cara.

-¿Que coño tienes?¿Te ha vuelto ha pegar,no?

-No,no...¿Estas loco?Sabes que desde el juicio no me toca.Me caí.

-¡Una polla que te caiste!

Matthew se levantó rapidamente cerrando los puños y tocó a la puerta,el padre de Lisbeth abrió.

-¿Que coño quieres ahora?-Dijo medio borracho con la botella de alcohol en la mano.

Matthew le pegó un puñetazo.

-¡Como la vuelvas a tocar te mato,lo juro!¡Juro que te mato,hijo de puta!-Gritó seguidamente le escupió a la cara.¡Maldito maltratador,eres un mierda!

Lisbeth le empujó avalanzandose sobre su padre,quedándose arrodillada en los escalones de la entrada.

-Vete Matt,¡Fuera!No te quiero volver a ver más gilipollas.Hemos acabado.¡Fuera!

Matthew la miró extrañado con los puños todavía cerrados muy fuertemente y seguidamente corrió calle abajo dirigiendose a casa de Em.

-¡Em,Em!-Gritó desde la entrada.

Emily,bajo las escaleras y abrió la puerta,seguidamente Matt le abrazó mientras él,lloraba.

-¿Qué...que te pasa?-Preguntó Em extrañada.

Él tan solo podía sollozar y Em le invitó a pasar,le preparó un té y subieron a la habitación de esta cerrandola con llabe.Se sentaron en la cama mirando hacia la verde ventana que iluminaba toda la habitación.

-Estas muchisimo más delgada que antes-Dijo Matt retirandose las lágrimas.

-No,no es cierto-Sonrió ella.

Matthew la miró a la papelera que se hayaba junto a el armario y vió comida mohosa.

-¡¿Que coño os pasa a todas?!-Gritó.

-¿Que quieres decir con eso?

-El padre de Lisbeth vuelve a maltratarla y ella se ciega,tú vuelves a las andadas de la anorexia y seguramente volverás a la bulimia como antes,tambi...-Paró y seguidamente miró las gasas ensangrentadas que se asomaban por la esquina del armario.

-¡No..!No es cierto...-Siguió diciendo Matt,se avalanzó sobre ella,mientras Em no dejaba mostrar su brazo izquierdo.

-Matt¡Estas loco!-Gritó

-¡Vamos,Em!

Finalmente le consiguió arremangar la camiseta viendo los horribles cortes que esta,se había echo.

-¿Que coño es eso?

Emily comenzó a llorar en los brazos de Matt,abrazandose muy fuerte mientras él le acariciaba la cabeza y suspiraba tristemente.

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